Muchos de vosotros me habéis preguntado a ver qué es la Exposición con Prevención de Respuesta (EPR). Por ello, vamos a dedicar una entrada del blog a hablar sobre qué es, cómo se realiza o en qué trastornos es eficaz.
 

¿Qué es la EPR?

 
La Exposición con Prevención de Respuesta es una técnica que se utiliza en la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). 
 
Antes de comenzar, sería importante definir la Exposición y la Prevención de Respuesta por separado  (Suriá y Meroño, 2009).
  • Exposición consiste en enfrentar al paciente a situaciones de miedo o preocupación relacionadas con sus obsesiones, para ello, se comienza con situaciones que causan mínimos de ansiedad y posteriormente se va aumentando poco a poco.
  • La Prevención de Respuesta consiste en evitar el comportamiento compulsivo con el apoyo del terapeuta evitando los comportamientos compensatorios para disminuir la ansiedad. Por ello, la combinación de la Exposición y la Prevención de respuesta consiste en el enfrentamiento, deliberado y voluntariamente, al objeto o idea temida ya sea directamente o a través de la imaginación.

arm-1284248_1920.jpg

¿Cuánto dura la aplicación de esta técnica?

La duración puede ser variable. Aun así, tanto Saval (2015) como Ferrer (2014) establecen que las sesiones deben ser de media 15, con una duración mínima de una hora. 
 

¿Para qué se utiliza?

La EPR se utiliza con diversos trastornos como por ejemplo: Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), Trastornos de Control de Impulsos, Adicciones o Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). 
 

¿Qué beneficios tiene?

Según Ferrer (2014) la EPR tiene una serie de ventajas sobre otras técnicas porque se realizan los siguientes pasos:
  1. El establecimiento de metas y objetivos terapéuticos de manera conjunta (paciente y psicólogo).
  2. Explicación de qué consiste el trastorno, es decir, psicoeducación tanto con el sujeto como con los miembros de la familia más cercanos a él.
  3. Entrenamiento en respiración y relajación para que el sujeto pueda exponerse a los estímulos con mayor sensación de autocontrol.
  4. Explicación del concepto de la EPR e información para realizar la jerarquía.
  5. Valoración de las dificultades que van apareciendo durante la EPR y reforzamiento de los logros alcanzados.
  6. Utilización de las técnicas cognitivas 
 

¿La EPR es eficaz?

En cuanto a la eficacia según Vallejo (2006), son muchos los meta-análisis que apoyan la eficacia de la EPR incluso tres años después de finalizar el tratamiento.
 
En referencia a la utilidad de la EPR un estudio de Steketee y Shapiro (1993; citado en Vallejo, 2006) concluye que la mejora del problema se sitúa entre el 40-75%. Una revisión más reciente realizada por Martínez-González y Piqueras-Rodríguez en el año 2010, pone de manifiesto que la TCC produce mejoras en el 60-80% de los pacientes con TOC en un período reducido de cuatro semanas, además, la mejora de los síntomas oscila entre el 50-80%. Asimismo, según esta misma revisión, la TCC ha mostrado la disminución de la actividad cerebral en ciertas áreas cerebrales: actividad talámica, acción del caudado derecho y área orbitofrontal (Martínez-González y Piqueras-Rodríguez, 2010).

En relación también a datos de eficacia, Mckay (1997; citado en Gavino, 2005) menciona que la desaparición completa de los síntomas ocurre en el 50% de los casos, el resto mejora parcialmente, sufre recaídas o no responde al tratamiento. Asimismo, es importante mencionar que según Ball, Baer y Otto (1995; citado en Gavino, 2005) el TOC de lavado obtiene mejores resultados que en otro tipo de obsesiones.

Finalmente, se ha de tener en cuenta que la presencia de psicopatología asociada o comórmida al TOC reduciría la eficacia de la EPR (Vallejo, 2006). 
 

Si tienes alguna duda sobre esta técnica puedes ponerte en contacto conmigo a través del formulario de contacto. 

 

Referencias Bibliográficas

  • Ferrer, L. E. (2014). Casos clínicos: libro de capítulos del x simposio nacional de casos clínicos de trastornos psicopatológicos. Granada: Instituto Superior de Psicología Clínica y de la Salud.
  • Gavino, A. (2005). Tratando… trastorno obsesivo-compulsivo: Técnicas, estrategias generales y habilidades terapéuticas. Madrid: Pirámide.
  • Martínez-González, A. y Piqueras-Rodríguez, J. A. (2010). Eficacia de la terapia cognitivo-conductual en trastornos afectivos y de ansiedad mediante neuroimagen funcional. Revneurol, 50(3), 167-178.
  • Saval, J. J. (2015). Exposición y prevención de respuesta en el caso de una joven con trastorno obsesivo-compulsivo. Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes, 2(1), 77-81.
  • Suriá, R. y Meroño, A. (2009). Terapia de aceptación y compromiso en el TOC: Estudio de su eficacia como tratamiento complementario. Psiquiatria.com, 13(2).
  • Vallejo, M. A. (2006). Guía de tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno obsesivo compulsivo. En M. Pérez (coord.), J. R. Fernández (coord.), C. Fernández (coord.), e I. Amigo (coord.), Guía de tratamientos psicológicos eficaces I (pp. 337-353). Madrid: Ediciones Pirámide.