¿Quién puede regresar de las vacaciones con una sonrisa? Parece imposible, ¿verdad? Sin embargo, algunas personas la pasan peor que otras. Lo que te vamos a contar seguramente te ha pasado o conoces a alguien a quien le haya ocurrido.

A veces la vuelta al trabajo viene acompañada de una sensación de melancolía que nos absorbe y nos quita las ganas de todo. Esta experiencia se conoce como Síndrome Posvacacional y se caracteriza por una apatía considerable cuando debemos reincorporarnos a la rutina.

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Si bien no se trata de una patología propiamente dicha, mientras lo estamos atravesando puede ser sumamente molesta; por tanto encontrar formas de prevenirla y afrontarla con entereza puede ser vital para que nuestra vida no sufra los bruscos cambios que este malestar provoca. Te lo contamos más en detalle a continuación.

Características del Síndrome Posvacacional

El Síndrome Posvacacional se caracteriza por una honda melancolía que, si bien no llega a diagnosticarse como depresión, podría derivar en trastornos emocionales de este tipo. Dicha sensación es provocada por el rechazo a reincorporarse al trabajo después de las vacaciones.

En la mayoría de los casos las personas que sufren este trastorno suelen estar disconformes con su trabajo y tienen muchos problemas para gestionar la frustración. Para algunas personas volver al trabajo supone volver a actividades laborales que son repetitivas, desbordantes y/o alienantes. Para otras supone, volver a los conflictos con compañeros, jefes o clientes. En cualquier caso, tanto para unos como para otros, volver al trabajo supone un malestar psicológico.

En este punto es importante hacer una aclaración. El Síndrome Posvacacional no se considera una patología sino un trastorno de adaptación; es decir, que si bien reúne una serie de síntomas, es un proceso que comienza en un momento específico (el final de las vacaciones) y termina en un período más o menos corto (la habituación a la rutina).

El tiempo de duración suele estar entre las dos y tres semanas después de la vuelta al trabajo; y suele desaparecer solo a medida que nos acostumbramos a la rutina. Si pasado este tiempo los síntomas persisten sería recomendable consultar con un especialista.

Síntomas del Síndrome Posvacacional

Se lo suele denominar Estrés Posvacacional debido a que sus síntomas son los propios de los cuadros de estrés, no obstante, se presentan con menos intensidad y tienen una duración de tiempo específica, por lo que no se considera del todo correcto utilizar esta terminología. Entre los síntomas más importantes podríamos señalar:

  • Malestar estomacal
  • Sudoración en las manos
  • Caída del cabello
  • Temblores
  • Palpitaciones
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Hiperventilación

Si bien estos síntomas son claros y en ocasiones pueden ser muy molestos, la duración del padecimiento es corta, por lo que generalmente solo se requiere un poco de paciencia hasta que se recupera la normalidad.

No obstante, muchas veces puede derivar en otros trastornos que pueden ser más peligrosos como el estrés laboral (común en las personas que asumen muchas responsabilidades en el trabajo); Si el estrés se mantiene es recomendable consultar con un especialista o, cuanto menos, estar atentos a la evolución de los síntomas en el progreso de la rutina.

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Cómo superar el Síndrome Posvacacional

Uno de los consejos más apropiados para combatir el Síndrome Posvacacional, al igual que cualquier otro trastorno del ánimo, es tomar medidas preventivas. La prevención del Trastorno Posvacacional se caracteriza por ir amoldándonos a la rutina dándonos el tiempo necesario para adaptarnos y reprogramar a nuestro cuerpo y a nuestro cerebro para afrontar el día a día con tranquilidad.

Una de las recomendaciones que pueden ayudar es reservarse algunos días extras al final de las vacaciones para estar en casa e ir incorporando las responsabilidades lentamente; es decir, readaptarse a la rutina del hogar y programar el regreso al trabajo de forma ordenada.

Suele ocurrir que algunas personas vuelven a casa el día anterior a la reincorporación al trabajo y esa primera semana suele resultarles realmente horrorosa porque a la par que deben acostumbrarse a las obligaciones de su cargo, tienen que retomar las rutinas vinculadas a la vida personal, lo cual puede resultar realmente muy costoso.

En pocas palabras, no hay muchas formas de tratar el Síndrome Posvacacional más que paciencia y algunas medidas preventivas. Aquí presentamos algunos hábitos útiles para retomar nuestras tareas rutinarias lentamente y evitar el Síndrome Posvacacional.

Prepararnos física y mentalmente para el trabajo

Tomarnos unos días de tranquilidad para planificar nuestra vida laboral y familiar puede ser fundamental para retomar la rutina con una sonrisa. De este modo, bajaremos el nivel de excitación que produce el tiempo de vacaciones y estaremos más tranquilos a la hora de retomar la rutina de trabajo.

Realizar ejercicio físico durante las vacaciones

Es un buen mecanismo para evitar el estrés posvacacional. Al mantener el cuerpo activo, tenemos menos posibilidades de sufrir una caída en el ánimo. Además, es una actitud que nos puede servir en muchos otros aspectos: hacer ejercicio es una de las recetas que nunca falla para mantener el cuerpo saludable y la mente despejada.

Ordenar con antelación el hábito de sueño

Si conseguimos adaptarnos a los ritmos de sueño habituales durante la última semana de las vacaciones, será menos brusco el cambio en los biorritmos y podremos acomodarnos a los horarios del trabajo sin demasiada dificultad. Planificar un ritmo de ocho horas de sueño diarias puede ser la mejor decisión en este aspecto para mantenernos saludables.

Llevar una dieta saludable

Nuestra alimentación repercute directamente sobre nuestro estado de ánimo y, por tanto, cuanto peor sea nuestra rutina alimentaria menos posibilidades tenemos de afrontar con acierto este trastorno. Si bien durante las vacaciones es normal descuidarse un poco, tomar la decisión de guardarnos la última semana para retomar los hábitos alimentarios antes de reincorporarnos a la rutina, puede ser una decisión sensata.

Dejar en el lugar de trabajo el trabajo

Una vez retomamos la vida laboral debemos recordar este consejo; un detalle que a veces nos saltamos y que puede jugarnos muy en contra. Cuanto más distancia establezcamos entre nuestra rutina laboral y nuestros placeres, y necesidades de ocio y afectivas, más posibilidades tenemos de llevar una vida saludable; por lo que no llevarnos trabajo a casa puede ser una excelente decisión para que el regreso al trabajo no sea un infierno.

Para finalizar podemos afirmar que aunque no hay una receta válida para cualquier tipo de persona, adaptarnos a los horarios de la rutina en los últimos días de descanso puede ser la mejor forma de reincorporarse a la vida laboral. De este modo nos aseguraremos de que el regreso al trabajo sea menos brusco y podremos continuar con nuestra vida con total normalidad.

Así que, si bien volver de las vacaciones no es fácil para nadie, lo mejor es intentar que el síndrome posvacacional no se haga con el control de nuestro estado de ánimo, manteniendo siempre una actitud positiva. Y recuerda que cuantos más días pasamos en el trabajo cuando se han acabado las vacaciones, menos nos queda para disfrutar las próximas.